jueves, julio 16, 2015

Dias lejanos

Me parece casi ajeno el dolor de aquel moribundo, su aroma ya ha inundado mis fosas y sigo esperando por el momento en que las náuseas me sorprendan, este ferrocarril y con este calor es el peor recorrido que pude haber tomado, me ha parecido eterno este viaje y aún no decido a donde iré al llegar a Pueblo Viejo, tengo tanta curiosidad y miedo a la vez, todo seguirá igual, me encontrare con su voz o con esos ojos de los que alguna vez decidí salir corriendo, no lo se, sin embargo extraño ese lugar, pero no estoy segura de querer quedarme ahí , no estoy segura de nada en los últimos años.
Apenas despierto de una siesta incómoda y adolorida aún con los ojos medio borrosos trato de incorporar mis sentidos, el tren ha llegado.
No he avisado de mi llegada por sí decido irme antes de tocar a su puerta, me están sudando las manos como la primera vez que le tuve cerca. Cruzo la salida de la estación, un olor a sangre me persigue es como si brotara de todas partes.
Varios metros más adelante siento tu mirada como aquel día, le busco al rededor y esta ahí sentado frente a aquella ventana , la luz del sol penetra en su piel mostrándome los años perdidos, su mirada tan dolorosa, y sus piernas entumidas por el miedo, la culpa nubla el ambiente, la distancia que me separa de los recuerdos es casi invisible, mi historia se revuelca contra mis sienes y yo con ella, jamás debí de haber regresado.

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