lunes, noviembre 17, 2014
Que afortunado el que no le teme
Tan triste ha venido a mi
con gran tortura atada a su andar
sus lagrimas recorrían su pasado, día a día
brotaron sin censura
lo más doloroso entre sus brazos
guardó un secreto por años
La vi pasar cientos de veces, ninguna me detuve a pensar que venía
hubo un día en que se perdió
un asesino le arrebató su cruz
no pudo esperar
pronto todos mostraron pena
quebrada virtud de temer y llorar a los muertos
como si el hombre no perdurará solo a través de sus hechos
Tristes recuerdos cuando la vi llegar a mi
dolor en sus palmas
con un gran peso en sus alar
con mil oportunidades desperdiciadas
vio pasar la vida como si fuera prestada,
como si no le perteneciera
así se llenaba de paciencia con cada aliento
tomó cada piedra en el camino
la mantuvo a salvo de los hombres
guardándola para si misma
Perdió la luz cada noche
cada sol la desnudó
cómo pudo perdurar en lo espeso de las calles
quebrada hasta las entrañas
cada noche rezó por sus almas
pidió perdón cada luna llena
Nunca llegó
abrió bien los ojos cada amanecer
y cada anochecer
esperando verle
vibró con cada gota de lluvia, con cada flor, con cada mirada inocente
pero nunca halló lo que buscaba
porque no tenía nada
nada deseaba
ni porque lo hubiera visto pasar.
Jaén
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