jueves, mayo 25, 2006

si, así en el mundo miserable en la custodia de nuestros destinos habita lo inesperado de lo caotico, en mi cabeza se acelera como ideas flotantes revoloteando entre tus manchas con olor a humedad, tan bizarro, tan equívoco, tan añorado en lo imperfecto de dos talentos que se pierden en el despecho de un sólo sueño, desperdiciado por uno de los aprendices, dominante en el dolo de lo caido, y sigue, y vuela parece que cae sobre el algodón de lo psicodélico, tan ácidos, nos derivamos en un par de sueños encantados por una mirada en el umbral de la ansiedad que al instante nos deriva al desespero de lo añorado, o simplemente lo herido nos revuelca hasta en cansancio del resentimiento, ese resentimiento que nos mantiene despiertos por noches enteras

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