lunes, abril 16, 2012

jamás regresaste

Una mañana al poco tiempo que yo llegué,
empacó y se fué,
 sin más miramientos,
siguió sin volver la vista atrás,
olvidé su rostro y sus brazos,
se había ido,
me había dejado siendo una carga más para este torcido mundo
a mi,
y a ella la sofoqué, la encarcelé, la asfixié, la cansé sin darme cuenta
hasta que me solté de sus brazos,
para no matarla,
y un ausente un día regresó pero no era el mismo que se había ido,
era un completo extraño,
un extraño frío, indiferente,
era hasta otro rostro,
otros brazos,
no el que había besado mi frente una mañana,
no era él,
nunca regresó por mi,
me dejó,
y jamás una mano más cálida que esa me volvió a tocar,
jamás aquella caricia dulce regresó.

Jaén

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