martes, diciembre 27, 2011
todo o casi todo cae, se desliza, se pierde
unos van, otros vienen y muchos se van
sin un adios, sin una palabra de consuelo
quedando un hueco, junto con las huellas de las heridas,
unas mas antiguas y otras tan recientes, tan grandes, difíciles de sanar,
se van y la suciedad que trataban de ocultar emana, surge del fondo y te escupe
sin más, sin culpa alguna te dan la espalda,
descubres su verdadero rostro, ese que tanto temias
y es que cuando estas tan cerca resulta complicado tener una buena perspectiva
te sumerges en un punto
tratas de preservar algo bueno, pero descubres que lo peor ya a arrasado con los pocos detalles a favor
y resulta que ya no queda nada,
te has quedado vacio, con una figura de fantasía
figura que jamás existió
y buscas desesperadamente alguien que llene ese espacio
alguien real,
algo tangible y permanente
te inundas en tonterias
en pequeñeces que no te llevan a nada
sigues tu busqueda y llegas a casa con las manos igual de vacias que cuando ese ser te aprisionaba
llegas con los ojos cargados de llanto, con miedo, pero ahora es un miedo distinto, ya no es el miedo que te paraliza,
ahora es el miedo que te llena de rabia
buscas un teléfono, una llamada, un mensaje algo que te haga aferrarte a una figura, a algo tangible
y descubres el vacio de las palabras, la pobreza de las promesas de un farsante
te irrita la falsedad de las palabras, la ironía de los sentimientos
la poca elocuencia de los terminos de las relaciones
y te preguntas cuando es que esto terminará.
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