cada segundo a cada paso que sigo detras de esta puerta, mi piernas tiemblan
mi manos se congelan, es un presentimiento o un falso anhelo
al cruzar la puerta mis ojos se pierden en una figura que se lograba vislumbrar detras de la capa de humo intensa
tus manos delgadas y afiladas, con esa forma peculiar de uñas, jugando y removiendo con el pulgar el filtro del tabaco que sostienes, volteas y tu mirada luce inmovil, me traspasas, la música de fondo me sumerge en tu nostalgia, tus ojos se detienen por un instante y me observan fijamente, esos ojos oscuros, profundos se clavan en mi con tal suavidad, acariciando mi ansiedad, delimitan mi piel a cada extremo, me arranca las vestiduras, me desarmas, de la nada te levantas de ese diván, me confunde el modo en que se van inundando tus ojos, como si una tormenta se avesinara, se opaca mi cordura, mil cosas pasan, pensamientos efímeros donde tus labios sostienen esta esperanza, si decidieras irte me tumbaría en ese viejo divan y me perderia bajo la humedad de un torrencial y estas manos que tantas veces se sumergieron en tu piel se secarían, poco a poco el corazón se hundiría en el pozo de tu recuerdo; apagas el tabaco a fuerza
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