En ocasiones una palabra no basta ,
un simple adios sin motivo es como la muerte,
tan lenta resulta la espera en que no logro vislumbrar el final de este camino,
tan perdida,
tan deshonrada,
tan violentada,
así sin más,
corrompiendo los sueños,
convirtiendolos en susurros de media noche que a solas comparto con las sombras,
tan inevitable le ha resultado,
tan indeseable que se alejan sin explicación alguna,
sin motivo aparente,
tan muertera les resulto
recuerdo tan melancolico como tu aroma entre mis sábanas que me acarician me envuelves en tu tibieza, tu abrazo, su sabor
pronto la lluvia me hace caer en lo cierto
nunca eres tu,
nunca estas aqui
porque nunca estuviste, nunca fuiste real
sólo la sombra de un deseo voraz
deseo que solo tu cama alumbró en una partida dolorosa de tu pasado
sin motivo,
sin razón
aqui estoy bajo la lluvia frente a ti como una sombra
que un día fue luz sin astro,
tan sólo un pretexto para esquivar la soledad
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