sólo una clase

me lo pregunté y aún sigue siendo un misterio, por el modo en que me lo han contado, trato de preguntar los detalles...
sabes que sigo ahí, en el mismo lugar en que me dejaste, guardada, en el refugio de tu recuerdo,entre muros adherida a la resina que hace siglos comenzó a surgir de tu corazón ahora petrificado, se que conservo la mejor parte, la que aun me hace soñar, la que me hace llorar, imagino el acontecimiento y me reinventó al verte sonreir al recordar mis memorias, mis imagenes te pierden en mis laberintos, sabes mis manos,mis deseos, sabes que no he dejado de besarte desde esa vez, vaya escena sostienes el aliento, suspiras a discreción del momento, tus manos expiran cierta emoción, tus mejillas en silencio se colorean, tu lengua degusta y por fin lo dices y mi nombre entre tus labios se vierte con tal sonido que llega a enclavarse en las sienes, tan profundo en la apacible mañana de una clase riesgosa, por segundos olvidas tus razones, desnudo te piensas y sin más reparos regresas e idolatras tu serenidad perdida, continuas y entre palabrerias nuevamente ocultas tus razones, ensalsas tu aspera realidad, continuas, desciendes a lo cotidiano deseando un segundo más cada noche en que ella se va...