Aquel chico no es cualquiera, cualquiera le quedaría incómodo y hasta ajeno a lo coherente, pero más cercano a la codicia.
Ese chico a veces es como la agonía misma mezclada con miel en las ultimas horas de un anhelo; otras veces es la locura misma cubierta de egoismo. Pero en realidad si lo miras bien ese chico postra sus temores acurrucando su dolor entre las rodillas y el suelo, y es que ese chico sabe lo que es vivir de la agonía y la vergüenza del pasado; se los he dicho ya, ese chico mar de calidez y frescura algún día hizo rimas para la Luna y mostró su alma de frente al Sol; pero aquel día todo lo perdió y hoy arruya sus pesares entre esquemas de poca convicción protegiendo el amor que le queda, yo le doy el que me falta, porque ese chico aire, es mi chico...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario