de vez en cuando no es malo
soñar despierto
hilvanando estaciones para hacer más corta la espera
haciendo plegarias cortas y a susurros
evitando reproches que pudieran llevar a la verdad de noches inconclusas
enmarcando rostros bajo velos de amargura,
belleza hecha lágrimas
sacudiendo mantos de pureza sobre suelos agrietados
camino con calma en demasía
como si los pasos pudieran ser escuchados
finalmente cierro las puertas
apago las luces
caigo de rodillas, extiendo mis alas
siento la soledad golpeando contra estos muros
reclamando por promesas hace eones liberadas
deseos ensimismados por la penumbra
recuerdos plagados de lagrimas que nunca separaran estas almas
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